Saturday 5 September 2009

Surfing Caparica


Están allí, aguardando, esperando el momento oportuno. Aquí, yo hago lo mismo. Me pregunto qué será lo que están pensando. Me recuerdan a tiburones esperando a su presa. Todos en grupo; unos riendo y otros reflexionando, pero siempre atentos. Alguno más impaciente se decide por una, aunque no sea lo bastante grande, pero así por lo menos pasa el rato. Desde donde estoy yo, la gente mira expectante y algunos turistas hasta sacan fotos. Pero hay que saber esperar el momento adecuado, así la satisfacción será mayor si el resultado es bueno. Aún no aprieto el disparador.

De pronto el mar se embravece, el viento se ha levantado y sopla fuerte. Las olas alcanzan una altura considerable. Los bañistas se acercan a la orilla y el socorrista cambia la bandera amarilla por la roja.

Ellos intercambian miradas de complicidad y poco a poco se van animando. Su hasta ahora tranquilidad se convierte en excitación.

"Ahí viene", pensamos a la vez.

Él se tumba sobre la tabla para coger impulso y yo enfoco ateniéndome a la regla de los tercios. En la cresta se empieza a formar espuma. Dos de ellos deciden montar esa ola. Amplío el encuadre. Noto que ambos tienen experiencia y cogen tanta velocidad que se te pondría el vello de punta. No se van a chocar, ni siquiera rozará uno la tabla del otro. El momento ha llegado. Disparo en ráfaga.

Dejo a un lado la cámara y me relajo en la arena. La sensación de estar surfeando tiene que ser única, mágica, inigualable. Yo me la imagino como el equilibrio entre la libertad y el control.

Y no sé por qué, me quedo mirándolos ya con mis propios ojos y... me entran ganas de aprender.

1 comment:

Are we really idiots? Help us